07 Nov Mis pequeños crecen
Te va a parecer mentira pero de verdad que para hacer fotos a mis chicos hay que pedir audiencia, cuando una no tiene fútbol, el otro tiene cumpleaños, o está en casa de un amigo o en catequesis o en piano, de verdad que con ellos me cuesta más que con nadie.
Tengo que confesarte que no me gusta hacer fotos a niños grandes en mi estudio. Fue concebido para sesiones de fotos de recién nacidos y bebés y es pequeño; son 20 metros muy bien aprovechados pero no dejan de ser sólo 20 metros. Los niños grandes en el estudio se sienten cohibidos, tímidos y desde luego que las posibilidades se reducen un montón.
En este caso son mis tres hijos, para el bebé pequeño es perfecto porque pude utilizar varios cacharros y está en un momento tan precioso que cualquier cosa con él queda perfecta. Los mayores están más que acostumbrados a mi objetivo así que no les resulta incómodo, aunque si que refunfuñan porque quieren irse a hacer sus cosas, no te creas.
Les pedí un retrato bonito de cada uno, sólo uno, y me lo dieron, desde luego que me lo dieron.
En el suelo tumbados se relajan un montón, más que sentados o de pie, charlamos, me cuentan sus cosas y cuando fotos que su cara se relaja y no me miran con cara de foto, ahí es cuando disparo, cuando son ellos mismos.
Con el peluchín de la casa fue distinto, yo lo colocaba y mi marido lo recolocaba mil veces porque como es un bicho intenta salir corriendo todo el tiempo a tirar la estantería, abrir las cajas y el armario para investigar lo que hay dentro, a tocar mis objetivos… ¡¡¡No para quieto!!!
Me derrito al verlos juntos, no tengo remedio, ¡son mis niños!.
Me encanta capturar todos sus momentos, cuando se les cae un diente, cuando les cortan el pelo, cualquier excusa es buena para conservar ese recuerdo.
¿Quieres que hagamos fotos a los tuyos para recordarlos en este preciso momento?
Llámame, los sábados vuelan.
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