03 Nov Vamos a ser cinco
En casa estamos todos muy contentos y teníamos muchísimas ganas de contarte una cosa:
¡Vamos a ser cinco!
Durante estos cuatro meses he escuchado todos tipo de comentarios: que si tengo a mis hijos ya criados, que qué pereza volver a pasar por el principio, volver a no dormir, que los niños son un gasto enorme para toda la vida, que traer otro hijo al mundo con los tiempos que corren, que con los partos terribles que he pasado….
¿Sabes qué? Que todo eso me da igual.
Estoy muy ilusionada, teníamos muchísimas ganas de que nuestra familia creciera un poco más.
He estado esperando pacientemente este momento porque no quería tener a mis hijos muy seguidos y lo voy a disfrutar a tope, para mí no es ningún esfuerzo porque disfruto muchísimo con los bebés, me encanta tenerlos enganchados al pecho todo el día, no me importa cambiar pañales ni llevar «medallitas» de leche y babas en mi ropa, ni dedicarles mi tiempo, jugar con ellos, ayudarles con los deberes o llevarles a los cumples de sus amiguitos, me encantará hacerlo.
Los niños están felices con la idea de tener otro hermanito, le dan besos a mi tripa, le hablan y me preguntan por él todos los días.
Tengo muy presente que no voy a hacer NUNCA nada mejor que esto.
En la primera eco mi marido casi entra en estado de shock, la ginecóloga nos informó de que había ovulado de los dos ovarios ese mes… Parece que sólo se fecundó uno, al oír esto, Javi volvió a coger color.
En realidad el primer trimestre ha sido un poco rollo, he pasado muchas náuseas, todo me olía fatal, la nevera, las colonias, el pelo recién lavado de mis hijos, mi marido recién duchado… No te rías, ¡qué no es broma! Ha sido duro…
También he estado más cansada que con ninguno pero claro, tengo 35 años, 8 más que con Candela y 6 más que con Mateo, aunque esté fresca como una lechuga algo se tenía que notar.
Voy al baño 10 veces por las noches y me siento como una croqueta recién empanada todo el día porque me echo infinitas cremas y aceite de rosa de mosqueta (gracias por vuestro gran regalo María y Alberto, le estoy dando buen uso) y aún así me están saliendo estrías por todas partes… Pero me lo tomo con alegría, sarna con gusto no pica (aunque sí que tira un montón).
Estoy de 20 semanas, tengo en mi tripón a un chiquitín que no para quieto y si todo va bien, en Marzo nacerá y lo llamaremos Samuel.
La conclusión de esta historia es que me siento fenomenal, estoy más feliz que una perdiz y si Dios quiere voy a tener en casa a otro pequeño al que hacer feliz y achuchar siempre que me apetezca.
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