19 Ene Viaje familiar a Paris. Parte II
Viaje familiar a Paris. Parte II
Llevaba tiempo queriendo retomar este viaje para que lo vieras y por fin le he podido dedicar la atención que merecía así que entre hoy y el martes que viene voy a mostrarte los dos días que tenía pendientes.
Despertarse en París tiene algo especial, y más si estrenas tu día paseando por los Campos Elíseos. No brillaba el sol pero pudimos disfrutar de un día precioso en París.
Visitamos un montón de tiendas pero a los niños las que más les llamaron la atención fueron la tienda Disney y la exposición de Citroën; esta última es un edificio entero con una estética súper atractiva en el que además de poder ver prototipos y coches emblemáticos de la firma, también vivieron la experiencia de la velocidad (Mateo salió con cara de mareado pero les gustó un montón) y pudieron saltar en el jumping de la última planta (esto lo quisieron repetir varias veces…). Sin duda estos franceses saben cómo venderse…
Paseando hacia el río pudimos ver el Petit y el Grand Palais, la Plaza de la Concordia y la Madeleine, todas las calles estaban llenas de exposiciones de Arte Contemporáneo así que disfrutamos un montón del paseo.
Decidimos recorrer el río en Batobus, subes y bajas cuando quieres y tiene paradas en los sitios más importantes así que el día se nos hizo muy cómodo, bajamos en los sitios que teníamos planeados y el resto lo disfrutamos desde el barco.
En el primer trayecto vimos una vez más la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad, El Louvre y el Dorsay y los niños fliparon con los distintos barcos que hay en sus orillas. Personalmente nunca había visto así el río y me encanto ver lo que pasa bajo sus puentes y en sus orillas.
Bajamos enfrente de Notre Dame y nos dirigimos a San Severin y sus alrededores. Allí en el barrio latino huele a comida por todas partes y los dueños de los restaurantes salen de sus locales para ofrecerte que entres a comer. Nos decidimos por una brasserie para que los niños probaran quiché, mejillones, tortilla rellena y raclette.
Después tomamos un helado en Amorino, ¿no conoces Amorino? pues no te lo pierdas porque en Madrid también lo tienes, sus helados italianos son… mmmmm.
Fuimos a Notre Dame y corretearon a sus palomas (confieso que a mí me dan un poco de repelús, puaj…). Después intentamos entrar en mi lugar favorito de París, La Sainte Chapelle pero la cola era infinita y aunque me dio mucha pena en esta ocasión no pudimos verla…
Una vez más encontramos un puente plagado de candados, ¿qué tendrán los candados que me gustan tanto? No lo sé pero a mis niños les debe pasar lo mismo porque pasaron allí un buen rato observándolos e intentando abrirlos con sus llaves…
Volvimos al barco y llegamos hasta la Ciudad de la Moda, pasando por el Hôtel de Ville pero ya estábamos muy cansados todos para seguir caminando así que lo vimos desde el barco y volvimos a nuestra parada de Cámpos Elíseos.
Bajo el puente de Alejandro III encontramos una última instalación de lo más peculiar que dejó a los niños con la boca abierta.
Así transcurrió nuestro segundo día en París, fue divertido y muy intenso, acabamos KO así que nos fuimos a descansar para poder disfrutar del tercer día.
La semana que viene no te pierdas nuestra visita al Louvre «Tras la pista de Uberjackal» y a Monmartre.
Te perdiste la primera parte de este viaje, no te preocupes que aquí puedes leerlo.
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